13 sept 2009

Guarida de ladrones estatales en Nezahualcoyotl: en Programa Paisano una Farza

Felipe López



Un día como cualquier otro, la tranza en acción.


Nezahualcóyotl, Méx.- Acababa de llegar de la unión americana. Venía contento, su ilusión, ver a la familia. A sus padres, hermanos, mujer e hijos con quienes compartiría su emoción de haber llegado a México.
Manuel venía cansado, una larga travesía, un viaje agotador, pero al fin, después de tres días podrá descansar un poco.
En la frontera de Nuevo Laredo, Tamaulipas, hizo un depósito, el propósito no tener problemas y poder cruzar la línea a bordo de un Nissan, modelo 1995. El hombre se esforzó en los campos laborales de Estado de Virginia, EUA. Realizó los trámites para que la unidad no le fuera requerida. Bajo el recibo número 1445116 del Banjercito, garantía de la importación temporal de la unidad.
Un suspiro antes de atravesar el puente internacional uno y dos de la aduana de Nuevo Laredo, después un descanso “estoy en México”.
México recibía con los brazos abiertos al compatriota, Manuel Trejo, venía en calidad migratoria paisano. Todo ese esfuerzo estuvo a punto de arruinarse. Colapsarse por un policía mexiquense. El uniforme color café imponía respeto. Detrás de esos lentes oscuros y una sonrisa diabólica le destrozo la alegría, el amor por ver a sus prójimos.
El agente de tránsito le argumentó que su vehículo no podía circular, que había contingencia ambiental.
Después de algunos minutos de reflexión, el servidor público, volvió a dirigirse con el supuesto infractor. Usted es ilegal, le exclamó.
Otra sorpresa para nuestro paisano, su vehículo estaba boletinado, es decir, tenía reporte de robo.
Sin más explicación, el uniformado trasladó la unidad junto con su operador a una oficina de “resguardo” de Avenida Texcoco y Caballito, en Nezahualcóyotl.
Otra tortura, el oficial le argumenta “para no llevarte ante el agente del Ministerio Público” le entras con unos 500 dólares y tu vehículo te va ha ser confiscado, te sale barato, paisa.
No es posible que en mi propio país me estén discriminando. Que me desconozcan mi gente, grito en repetidas ocasiones el hombre recién llegado de la Unión Americana.
Volvió a repetir, donde están mis garantías, la ayuda que nos ofrece el gobierno federal, el gobierno estatal a través del programa “bienvenido paisano”.
Esta nueva odisea, si es que así se le puede llamar a la acción de los respetables hombres del silbato, de los representantes de la Agencia de Seguridad Estatal, es obra de Ángel Leyva Leyva. Saludos señor comisionado, Don David Garay Maldonado.

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