El delegado municipal de Tlalpizahuac, Ricardo Rivera Martínez, fue sorprendido
distribuyendo propaganda negra en contra de la candidata del PRI a la
presidencia municipal, Maricela Serrano Hernández y, a pesar de la veda electoral,
el funcionario distribuía propaganda a favor del candidato del PAN, Marco
Antonio González Higuera, por lo que vecinos del lugar lo retuvieron y
denunciaron ante el Ministerio Público y la Fiscalía Especializada para la
Atención a Delitos Electorales (FEPADE).
La noche del día de ayer jueves, aproximadamente a las
23:00 horas, Ricardo Rivera Martínez, delegado municipal de Tlalpizahuac, en
evidente estado de drogadicción y alcoholismo, repartía propaganda negra en
contra de Maricela Serrano y el periódico de campaña del candidato del PAN,
Marco Antonio González Higuera. Al percatarse de las violaciones a la ley
electoral, los vecinos de la zona, en su mayoría mujeres, siguieron el automóvil
que personalmente conducía el funcionario, un tsuru color blanco, y llamaron a la policía municipal para que
efectuara la detención judicial.
Debido al retraso de hora y media de la policía
municipal, el incidente pudo haber tenido saldo rojo debido a que familiares
del funcionario, entre los que se encontraba una mujer de nombre Irma,
presumiblemente esposa del delegado y sus hermanos Zoyla, “El Chabelo”, Raúl y
Beto, y dos secretarias de la delegación de Tlalpizahuac, quienes realizaron
disparos y apuntaron al pecho de varios vecinos que se opusieron a que el
funcionario siguiera distribuyendo propaganda electoral del candidato panista. Para
amedrentar a los denunciantes de las actividades ilícitas del delegado, que en
su mayoría eran señoras, los familiares del funcionario y las secretarias,
patearon puertas y rompieron los vidrios de una combi.
No obstante, los elementos de la policía municipal no
detuvieron al delegado y a sus familiares, quienes armados agredían a los
vecinos; más bien llegaron para liberar al funcionario y sus familiares.
Fue así como el delegado municipal logró librar la
justicia con la complicidad de elementos de la policía municipal. Y,
refrendando su carácter de funcionario con la frase de “se los vuelvo a
repetir, antorchistas culeros, aquí estoy, soy el delegado”, se fue del lugar.
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